Dr. Gustavo Sordo

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Gustavo Sordo

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Pérdida de sensibilidad en el pecho tras aumento de mamas: lo que hay que saber

Aumento de pecho: ¿se pierde la sensibilidad?

La pérdida de sensibilidad en el pecho tras un aumento de mamas con implantes es una de las quejas más frecuentes dentro de las pocas quejas que se producen en el contexto de la cirugía mamaria.

Debes saber que, como todas las cirugías, el aumento de mamas implica algunos efectos secundarios que pueden suceder, si bien su frecuencia es muy baja y como veremos, generalmente es algo temporal.

Los cirujanos necesitamos hacer un espacio lo suficientemente grande para que quepa el implante. Generalmente ese espacio se hace debajo del músculo ya que así disminuye la frecuencia de contractura capsular (de la cual hablaremos próximamente) y la naturalidad es mayor.

En una mama normal, la sensibilidad se localiza en los ramos cutáneos anteriores de los nervios intercostales. Estas ramificaciones nerviosas son las que generan la sensibilidad en la areola, en la piel y en el pezón. Este foco de sensibilidad se localiza entre el tercer y el quinto o sexto nervio intercostal. Hay otras ramas accesorias que participan en este hecho de manera complementaria.

Cuando se hace un aumento de pecho, la mama de la paciente intervenida puede, temporalmente, atravesar momentos en los que esta sensibilidad se vea afectada. Esta alteración se puede desarrollar en dos sentidos: que se pierda parcialmente la sensibilidad de la mama (lo que en términos médicos se denomina hipoestesia) o bien que se encuentre demasiado sensible (o, lo que es lo mismo, una hiperestesia).

Ambas situaciones son temporales y corresponden a una reacción normal de los nervios sensitivos que se encuentran en la mama tras la colocación del implante. Y es que estos nervios, tras la intervención, se pueden mostrar contundidos y responden de esta manera a la colocación de un elemento que les resulta ajeno.

Tanto la hipoestesia como la hiperestesia se irán resolviendo en los meses siguientes a la operación. Así, por lo general, a partir del sexto mes del postoperatorio la sensibilidad de las mamas intervenidas suele ser normal, salvo ocasiones puntuales. En cualquier caso, en las visitas a la consulta este aspecto sobre la sensibilidad de la mama será uno de los aspectos a tratar y se actuará en consecuencia si el desarrollo no es el deseado.

Cuando el implante que tenemos que poner es grande, y más en concreto es ancho, el espacio que tenemos que crear para que quepa lógicamente es mayor, con lo cual la probabilidad de interrumpir algún nervio de los que van a la mama (piensa pequeños cables de la luz que cruzan de lado a lado siguiendo la dirección de tus costillas) es también mayor. Además, como hay un aumento de volumen derivado de la colocación del implante, esos cables pueden sufrir un “estirón” y quedarse sin funcionar correctamente durante un tiempo aunque no estén interrumpidos.

Digamos por tanto que hay dos situaciones distintas en este caso:

1) Nervio interrumpido.

2) Nervio que ha sufrido un estiramiento brusco y queda “adormecido”.

La mayor parte de las veces tras un aumento de mamas no sucede nada, no hay ningún tipo de alteración sensitiva, y la evolución es perfecta.

En un pequeño porcentaje de los casos (3%-4%), estaríamos en la situación número 2: “nervio adormecido”, y el paciente pasaría un tiempo sin sensibilidad en una zona de la mama (generalmente la parte inferior) hasta que la va recuperando poco a poco. Esa recuperación puede durar hasta 6 meses. Mientras tanto, puede tomarse un complejo de vitaminas del grupo B que ayude a la recuperación nerviosa.

Y por último, en un porcentaje menor, la situación que sucede es la número 1: “nervio interrumpido”, y la pérdida de sensibilidad en ese caso sería permanente. Este tipo de caso es muy infrecuente.

¿Qué podemos hacer para evitar la pérdida de sensibilidad en el pecho?

En la misma línea que hemos comentado tantas veces, es muy importante controlar el tamaño de los implantes. Está estudiado y comprobado que no sobrepasar las dimensiones anatómicas de la mama (fundamentalmente el ancho) disminuye la tasa de complicaciones y ofrece un resultado mucho más natural. Para ello es fundamental realizar un análisis de las dimensiones adecuadas para cada paciente con la ayuda de un simulador 3D. De esta manera la paciente podrá además tener una idea, lo más parecida a la realidad, del resultado que va a obtener.

Si sobrepasamos ese ancho de base de la mama con un implante cuyas dimensiones exceden a las de la paciente, estaremos entrando en el terreno de lo imprevisible: el implante probablemente se palpará pasado un año por los bordes, se habrá perdido naturalidad y proporcionalidad, y quizá, con mala suerte, haya algún nervio que esté adormecido (temporalmente) y nos genere una zona insensible en la mama.

Una vez más, la toma de decisiones racional e informada en consulta, en consenso con el cirujano, es la clave del éxito en cirugía estética. Por este motivo, no dudes en pedir cita con el cirujano, antes de tomar una decisión quirúrgica.

¿Cuáles son los cuidados básicos para reparar nuestra piel después del verano?

  1. Limpieza y exfoliación, dos pasos imprescindibles.

Para cuidar la salud de nuestra piel es fundamental la limpieza y exfoliación. De esta manera eliminamos las impurezas y células muertas, a la vez que preparamos nuestra piel para recibir los tratamientos necesarios. No solo debemos limpiar la piel en verano. Es imprescindible incluir en nuestra rutina diaria de belleza la limpieza de la piel nada más levantarnos y antes de acostarnos. Además, para recuperar la luminosidad y suavidad de la piel, realizaremos una exfoliación a la semana.

  1. Hidratación.

Una vez que tengamos la piel limpia, para lucir un cutis radiante debemos realizar una hidratación en profundidad. Una buena hidratación diaria te permitirá prolongar el bronceado del verano y recuperar la elasticidad perdida. Para la correcta hidratación utiliza cremas hidratantes y aceites naturales adecuados a tu tipo de piel. Además es fundamental beber abundante agua para conseguir una hidratación de la piel desde el interior de nuestro organismo.

  1. Nutrición en profundidad.

A veces una simple hidratación no es suficiente para reparar los daños sufridos por el sol. Para realizar una reparación en profundidad nos ayudaremos de las mascarillas que nutrirán en profundidad la piel de nuestro rostro.

  1. Cuidado de las manchas y lunares.

Según vayan pasando los días las células que tienen un alto contenido en melanina irán desapareciendo. Cuando ello ocurra, es posible que se vean las manchas que hayan podido salir como consecuencia del sol. Para tratar las manchas solares acude a tu dermatólogo, solo él podrá recetarte la crema despigmentante adecuada para tu tipo de piel. Además es un buen momento para que te realice una revisión de los lunares de tu piel.

  1. Protección solar.

Aplicando protección solar a diario conseguiremos protegernos de los rayos ultravioletas del sol y sus efectos nocivos. Recuerda que la protección solar se debe aplicar los 365 días del año, especialmente en las zonas más expuestas: escote, cara y manos.

  1. Alimentación.

Una alimentación variada rica en vitaminas y minerales será la clave para cuidar la salud de tu piel desde dentro.

 

Estos son los cuidados básicos que debemos realizar para recuperar la elasticidad y luminosidad de nuestra piel después del verano. Pese a ello, el envejecimiento de la piel es un proceso celular que se produce por varios factores y no siempre podemos corregirlo con tratamientos estéticos. Cuando se produce descolgamiento y las arrugas de la piel son profundas, podemos valorar soluciones de cirugía plástica como el lifting cervicofacial. El lifting cervicofacial no solo elimina las arrugas sino que restituye la anatomía facial y coloca los tejidos en su lugar original. Si quieres más información sobre esta técnica no dudes en contactarnos.

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