Las molestias son generalmente pequeñas, derivadas de la inflamación secundaria a la intervención, y son fácilmente controlables mediante la medicación recetada. La inflamación alcanza habitualmente su máximo hacia el segundo o tercer día para comenzar a disminuir lentamente en las siguientes semanas.
A los 6-7 días de la intervención será citado en consulta para retirar las suturas (en caso de haberlas) y los apósitos.
Si se utilizan implantes, hay que tener en cuenta que el proceso de cicatrización es un proceso lento y gradual, por lo que la inflamación residual puede tardar en desaparecer de dos a tres meses o a veces algo más, si bien la mayor parte desaparece en las primeras 2-3 semanas.
Si se realiza un lipofilling, la inflamación residual será mucho menor. Al mes de la intervención se verá qué porcentaje del injerto graso permanece estable, normalmente alrededor del 80%.
Mientras dure el proceso de la inflamación deberá evitar exponerse al sol o a temperaturas excesivas. Puede ducharse desde el 1º día con cuidado de no mojar la zona.