La elastosis solar o fotoenvejecimiento es uno de los factores más determinantes que existen en el envejecimiento de la piel y está causado por la exposición a las radiaciones solares de la dermis y la epidermis. Esta exposición va a generar una pérdida de la fibras elásticas de la piel, con una degeneración de la elastina, presentando la piel una pérdida de sus propiedades viscoelásticas, lo que produce un envejecimiento prematuro.

Si nos fijamos en la cara posterior de la oreja de un paciente cualquiera, veremos que la piel está lisa y mucho menos fotoenvejecida o con mucha menos elastosis solar que otras zonas del rostro, que están frecuentemente expuestas al sol. Los párpados, la nariz o la frente de un mismo paciente, contarán con más fotoenvejecimiento que la cara posterior de la oreja, que nunca está expuesta al sol. Así por ejemplo, el escote de las pacientes que cuenta con una piel muy fina, una vez expuesto al sol presenta un empedrado característico y un fotoenvejecimiento de la zona social de la mama muy difícil de corregir.

Por otra parte, el tabaquismo es otro de los factores determinantes del envejecimiento cutáneo. Los múltiples tóxicos que desprende la combustión del tabaco y de los cigarrillos, genera un envejecimiento celular prematuro que suele ser determinante a la hora de enfocar una cirugía. En las cirugías en las que necesitamos un procedimiento de tensado cutáneo como la mastopexia, la abdominoplastia, la reducción de mamas y el lifting, la retirada del tabaco será crucial para poder afrontarlas con una alta seguridad.

Por último, los estudios recientes determinan que el envejecimiento facial se produce por la presencia de varios factores que actúan al mismo tiempo. No sólo el fotoenvejecimiento y el tabaquismo van a ser los factores determinantes, sino que, también la pérdida de masa ósea facial o retracción esquelética que se produce en el macizo óseo de la cara, junto con la atrofia grasa de varios de los compartimentos faciales, generan el envejecimiento prototípico que se produce en la región perioral o alrededor de la boca. En esta zona, la pérdida de grasa hace que se retraigan los labios, que estos se vean más pequeños, que la distancia del labio a la nariz se incremente, que sean más profundas las arrugas del área nasogeniana y que exista la sensación de que la punta de la nariz se haya descolgado o esté algo “tóxica”.

Como hemos explicado, la acción simultanea de los factores enumerados anteriormente puede generar un envejecimiento prematuro de la piel. Pero ¿se puede corregir?