Salvo excepciones muy puntuales como las de las mujeres que , per se, no pueden o no consiguen dar de mamar, la técnica utilizada por el doctor Gustavo Sordo para reducir el tamaño del pecho permite que las mujeres puedan afrontar la lactancia sin problemas.
Capacidad de lactancia
La capacidad de lactancia de una mujer está relacionada con: la existencia de lóbulos glandulares, de conductos que conecten los lóbulos con el pezón, y la sensibilidad nerviosa del pezón. La mayoría de las técnicas de reducción de pechos utilizadas actualmente, intentan preservar en mayor grado posible estas propiedades de la glándula mamaria. Sin embargo, podemos diferenciar dos técnicas diferentes de reducción de pecho: las que no separan areolas y pezones, y las que cortan la unión de la areola con el resto de la mama.
Reducciones de pecho sin separación entre areola y pezón
Para que tras una reducción de pecho, la cantidad de redes de glándulas y conductos posibilite la lactancia, hay que intentar que las areolas y los pezones no se separen completamente durante la intervención.
Esto es lo que hace el doctor Gustavo Sordo al recolocar el pezón y la areola en una mejor posición cuando reduce el pecho de una de sus pacientes. Al no separarlos por completo del resto de la mama, los conductos a través de los cuales fluye la leche, no se interrumpen, permitiendo la lactancia materna. Esto es posible porque areola y pezón permanecen unidos por un tejido llamado pedículo, el cual contiene conductos galactóforos, nervios, venas y arterias
En este sentido, además, no se altera la sensibilidad de las areolas, por lo que tampoco se afecta el estímulo que inicia el reflejo de succión. Un hecho importante si tenemos en cuenta que esto provoca que la glándula pituitaria libere dos hormonas (prolactina y oxitocina) responsables de la producción y la secreción de la leche.
En las técnicas de reducción de pecho donde se corta la unión de la areola con el resto de la mama la posibilidad de lactancia no existe.
Reducción de pecho, lactancia y tiempo transcurrido
Otro factor importante es el tiempo que haya transcurrido desde que se llevó a cabo la intervención y sucede el embarazo de la paciente. Así, cuanto mayor sea el tiempo que haya pasado tras la operación, más aumentan las posibilidades de que se unan los conductos cortados, y a que terminen de crecer nuevas terminaciones nerviosas, más fácil será recuperar la lactancia. Y es que ambos procesos contribuyen a la reparación y al posterior desarrollo del sistema mamario cuando la persona se ha sometido a una reducción de pecho.
En este sentido pues, las mujeres que deseen corregir el volumen de su pecho sin renunciar a la lactancia deben: asesorarse bien sobre la técnica que se va a seguir en su operación, contratar un servicio que ofrezca todas las garantías y estar segura de que el equipo médico va a responder antes, durante y después de la intervención. Aspectos que ofrecen la clínica del doctor Gustavo Sordo en Madrid. A donde con solo acercarte, ya habrás acertado.