Liposucción tradicional frente a liposucción tumescente

Liposucción tradicional frente a liposucción tumescente

Publicado el 10 de noviembre de 2015

Cuando las dietas y el ejercicio no son suficientes para eliminar los kilos de más, la liposucción es una de las soluciones más viables. Sin embargo, no existe una única manera de hacer una liposucción. Conocerlas antes de someternos a una intervención, pueden marcar la diferencia entre un resultado que nos satisface y otro que nos resulta insuficiente.

Los profesionales de la cirugía estética siguen diferentes técnicas para eliminar las acumulaciones de grasa. Las más habituales son la liposucción tradicional y la liposucción tumescente, dos formas de trabajo que tienen como objetivo remodelar la figura de las personas.

Analicemos la liposucción tradicional frente a liposucción tumescente:

Liposucción tradicional

La liposucción se basa en la absorción de la grasa corporal. Tradicionalmente esta actividad se ha realizado empleando una cánula con la que se aspira la grasa. Para que esta acción consiga su objetivo lo habitual es que se introduzca la cánula en el interior del cuerpo de la persona tras haber introducido una cantidad moderada de solución anestésica. La grasa está dividida en varias capas o compartimentos, fundamentalmente uno profundo y otro superficial. En esta técnica no suele tratarse el compartimento superficial lo que limita el resultado estético en el paciente.

Liposucción tumescente

En los últimos años se ha desarrollado un nuevo tipo de operación denominada liposucción por infiltración tumescente. En ella, los cirujanos como el doctor Gustavo Sordo emplean nuevos materiales y realizan procesos de gran precisión que consiguen reducir al mínimo la aparición de hematomas.

La cantidad de solución anestésica que se introduce en cada zona a tratar es muy alta, generando una tensión en los tejidos que favorece la precisión del cirujano y minimiza la aparición de hematomas o moratones en la piel del paciente.

La posición del paciente en la mesa de quirófano es esencial y se trata con sumo cuidado, colocando de una forma determinada al paciente (según la zona que se vaya a tratar) de tal forma que se simule la posición normal que el paciente tendría si estuviera de pie. De esta forma es más fácil poder apreciar qué zonas deben tratarse y con qué intensidad y cómo afecta la gravedad a cada área.

A diferencia de la liposucción tradicional, la tumescente emplea unas cánulas (finos tubos de aspiración) con las que se accede a la grasa realizando pequeñas incisiones de aproximadamente de unos 0,4 centímetros. Una vez introducidas estas agujas, las células grasas del cuerpo se extraen mediante presión negativa, un hecho que remodela el contorno corporal del paciente de manera inmediata. En esta técnica es habitual acceder a la grasa superficial mediante cánulas de 0,2 ó 0,3 centímetros para modelar mejor las zonas a tratar, y generar vectores de tracción en la piel que den un resultado más satisfactorio.

Una vez que ha terminado la extracción de la grasa se rodea la zona del cuerpo tratada con una prenda de presoterapia en la zona, de manera que se proteja el cuerpo del paciente y se facilite la cicatrización. Un gesto con el que se consigue que el periodo de recuperación de este tipo de liposucción se reduzca a unos pocos días (dependiendo de la cantidad de grasa extraída).

Así pues, la liposucción tumescente es menos dolorosa, menos agresiva, necesita menos tiempo de recuperación y sus resultados son visibles casi de manera inmediata. Por lo que, si estás pensando en acabar con esas zonas rebeldes, pide cita en la consulta del doctor Gustavo Sordo y termina con el problema en unas pocas semanas.