Contractura capsular

Publicado el 25 de septiembre de 2014

La contractura capsular o “cápsula” es uno de los temas principales que el paciente tiene que conocer de cara a la realización de un aumento de mamas. Mucho se oye, dice y comenta, pero… ¿Qué es realmente?

Cuando los cirujanos plásticos colocamos un implante de mama, el cuerpo del paciente asume ese nuevo implante y lo tapiza creando una especie de “funda” que lo envuelve por completo. Sucede así con las prótesis de mama, de cadera, de rodilla, un marcapasos, o cualquier implante que coloquemos en el cuerpo. Es una reacción natural del organismo ante el implante colocado.

Esa funda o cápsula generada por el paciente se va a crear en los siguientes 6 meses de la intervención y generalmente (98-99% de las veces) es blandita, suave, y sin repercusión estética alguna para la mama. De hecho, cuando se utilizan implantes con superficie texturizada (rugosos, no lisos por fuera) esa cápsula o funda embebe y se adhiere al implante de manera que quedan unidos como si fuera una superficie de velcro.

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Foto: Antiaging Group Barcelona

Hasta aquí ningún problema, pero ¿qué sucede si esa cápsula es más gruesa de lo normal? Entonces estamos hablando de una contractura capsular. En efecto, en algunos casos, de manera excepcional (1-2%), esa cápsula se engrosa y forma una especie de coraza dura alrededor del implante debido a una reacción exagerada de la mama y puede llegar a distorsionar el aspecto de la mama, generando asimetría y en ocasiones molestias.

Cuando sucede esto, es necesario revisar en quirófano el pecho, retirar esa cápsula rígida, recambiar el implante, y “poner a cero” la situación.

¿Qué podemos hacer para evitar la contractura capsular?

Hay varias maniobras destinadas a evitarla, muchas de ellas, en mi criterio, deben estar incorporadas a la sistemática del cirujano con idea de minimizar las probabilidades de que aparezca este problema. Veamos:

1. Hacer una cirugía limpia y sin sangrado: mediante el uso de un bisturí electromagnético con terminales especiales (puntas colorado) se crea el espacio donde va el implante de manera limpia, sin sangrado alguno, mediante técnicas de “hemostasia proactiva”, descritas por John Tebbets en Estados Unidos, toda una referencia mundial en aumento mamario. Desde mi punto de vista, imprescindible. Esto lleva al segundo punto, que es:

2. Evitar drenajes: ya que hemos conseguido crear el espacio sin sangrado, limpiamente, el uso de drenajes (unos tubos que van sacando el líquido del espacio donde va el implante mediante sistemas de vacío) se convierte en algo innecesario y e incluso indeseable ya que comunican un lugar como la piel, con flora bacteriana, con el espacio del implante, que debe estar estéril. Esto último nos lleva al siguiente punto, muy importante:

3. Evitar en todo momento que se contamine el implante con gérmenes: la presencia de gérmenes alrededor del implante se ha demostrado que puede aumentar la probabilidad de tener una contractura capsular. Para ello es imprescindible que el cirujano sea el único que manipule el implante, que se hagan varios cambios de guantes durante la operación, que se eviten drenajes o material que pueda estar en contacto con la prótesis, y que el espacio esté seco y sin sangre, lo que puede ser un “caldo de cultivo” para posibles gérmenes. Ese espacio se lava varias veces con solución antibiótica antes de colocar el implante para eliminar cualquier rastro de gérmenes.

4. Colocar la prótesis debajo del músculo pectoral: colocarla debajo en lugar de encima disminuye por 8 el riesgo de contractura capsular. Demostrado. En mi caso, el 100% de los pacientes llevan sus implantes bajo el músculo pectoral.

5. Utilizar implantes texturizados de la máxima calidad y garantía: los implantes pueden tener la cubierta lisa, o bien rugosa (texturizada). La texturización ayuda a que la prótesis se integre bien en la cápsula y ésta sea mas suave y blanda. Hay que pensar que el implante va a estar ahí toda la vida, o al menos muchos muchos años, de modo que debemos ser muy estrictos a la hora de elegir una marca de prótesis que sea garantía de calidad. Abaratar costes a la hora de elegir el implante acarrea todo tipo de problemas.

Todo este conjunto de medidas son realmente útiles (demostrado), y sumando todas ellas podemos conseguir que la probabilidad de contractura capsular ronde el 1% de los casos o sea incluso menor.

En cirugía estética más que nunca, todas las técnicas deben ir encaminadas a la consecución de la máxima seguridad, naturalidad, minimización de riesgos o complicaciones, y tiempos de recuperación cada vez menores para los pacientes. Afortunadamente con los años se ha avanzado en gran medida al respecto, y en el momento actual existen múltiples técnicas y estrategias que nos ayudan a conseguir cumplir con las ilusiones de nuestros pacientes en un contexto de seguridad y confianza.