Aprender a ser cirujano plástico

Publicado el 13 de julio de 2014

Charla sobre rinoplastia en la Universidad Complutense

Los próximos meses de enero, febrero y mayo voy a tener el placer de participar como docente en el curso de Cirugía Estética Facial que organizamos la AECEP junto con la Universidad Complutense. Tengo que dar tres charlas, concretamente sobre rinoplastia y fotografía clínica, dos de mis temas preferidos y a los que más tiempo he dedicado a lo largo de estos años.

Mientras termino de perfilar las charlas, pienso en la importancia que tienen estas cosas. Es crítico para un profesional médico invertir horas, esfuerzo y dinero en formación. Formación, formación y más formación. La experiencia solo puede adquirirse con el tiempo necesario. La formación en cambio es responsabilidad personal de cada uno de nosotros. No podemos dejar todo a la experiencia.

Siete jornadas completas, con más de 66 horas lectivas, aplicación directa en 28 prácticas de disección anatómica, y la entrega de multitud de buenos profesionales que conformamos la AECEP trabajando para poder ofrecer la mejor formación posible, actualizada y contrastada.

Es un buen momento para reflexionar sobre la Cirugía Plástica, Estética y Reparadora, tan golpeada por el intrusismo, y tan injustamente devaluada por la mala labor de personas sin la debida autorización, acreditación o formación académica que una profesión tan delicada exige.

Oficialidad y regulación del intrusismo. Es vergonzoso ver cómo una entidad como la Universidad Rey Juan Carlos ofrece un curso titulado «Máster en Cirugía Estética», organizado por la SECE, una sociedad supuestamente de Cirujanos Estéticos en los que NINGUNO ES CIRUJANO ESTÉTICO. Solo es cirujano estético en España, por ley, el que completa la especialidad de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora vía MIR, con la debida oficialidad. Luego suceden los dramas:  malos resultados, casos que se complican, problemas… Si además la Universidad cobija estas actitudes se produce una situación vergonzante, amparando el intrusismo.

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